Las líneas de las carreteras, muchas de ellas acompañadas de señales informativas, no sirven únicamente para delimitar el carril, sino que tienen un sentido en función de su color, posición y también de su grosor o forma. Es decir, mientras una blanca continua nos indica que no se puede adelantar, la amarilla señala que está prohibido estacionar.

La Dirección General de Tráfico (DGT) aumenta el número de señales o marcas viales con el objetivo de mejorar la seguridad viaria. Por ello, cada vez es más frecuente encontrarse líneas continuas de color verde y azul en algunas carreteras. Ahora bien, estas son diferentes a aquellas que marcan las zonas de aparcamiento regulado en algunas ciudades españolas.

Aunque las líneas de color verde llevan varios años instaladas en algunas carreteras de Castilla y León, la DGT tiene previsto aplicarlas en otras muchas comunidades autónomas. Estas líneas señalan aquellas vías catalogadas como peligrosas e indican al conductor que se encuentra circulando por un tramo de alta siniestralidad.

Seguir leyendo en Niusdiario *Aina García