José Manuel Cascajero, Presidente de Oficemen, la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España, valora positivamente el acuerdo para el ajuste en frontera del CO2 y aplaude las medidas en materia energética del Gobierno. Ahora bien, demanda celeridad en asentar un marco normativo que termine con la competencia desleal y que ahuyente así los riesgos de cierres.

-¿Cómo valora el reciente acuerdo comunitario del Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM)? ¿Cumple con las expectativas del sector cementero?

Es un avance importante que debe permitir que haya una igualdad de competencia en productos con baja huella de carbono. Cuanto antes se implemente mejor, aunque con suerte será una realidad en 2026. Mientras no se adecúen correctamente y con rapidez estos mecanismos en cada fase, la pérdida de competitividad seguirá ampliándose e impedirá una descarbonización real.

-¿Qué impacto tendrá para la industria cementera europea?

Nos debe permitir una igualdad de competencia en las importaciones frente a países como Argelia, Turquía y Egipto que no tienen la misma regulación de CO2. Tenemos unos costes superiores que el importador que no tiene ninguna legislación y que tiene unos costes menores. El sobrecoste supera el 10%.

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